martes, 13 de mayo de 2008

La Lista Negra


Es difícil justificar el comportamiento de un jugador durante un partido cuando este pierde los papeles y reacciona insultando o agrediendo a un contrario o incluso al árbitro. Algunos apelan a la adrenalina como el resorte – motor de la desafortunada reacción. Y la adrenalina, no se engañen, no es más que una hormona secretora que entre otras cosas, lo que hace es estimular al cerebro para que produzca dopamina que es otra hormona responsable de la sensación de bienestar. Nada más.
Así pues, y partiendo de la premisa indiscutible de que ninguna actitud violenta es justificable, el posible origen está más allá de la explicación biológica y quizás habría que buscarla en otros factores. Quizás culturales o sociales. Lo que complica la medida a adoptar no sólo para que ese jugador no vuelva a cometer esa falta grave sino que con su resolución a través de una posible sanción, los demás comprendan y asimilen que esa reacción está totalmente fuera de lugar en una competición deportiva sea cual sea su nivel o categoría.
La Liga Municipal de Fútbol Sala a través de su Comité de Disciplina intenta paliar dichas actitudes aplicando un severo reglamento en el que contempla sanciones temporales que van desde los dos meses a los tres años de inhabilitación para la práctica del fútbol sala. Aparte de premiar al equipo más deportivo de cada división con una equipación completa es pos de motivar la deportividad en detrimento del juego sucio y por supuesto de actitudes y comportamientos violentos y antideportivos. ¿Pero es esa medida realmente eficaz para erradicar la violencia y el comportamiento antideportivo de la competición?. En la mayoría de los casos está demostrado que si. Sólo basta echar un vistazo a la lista de jugadores sancionados a lo largo de la historia de la LMFS para comprobar que la mayoría comprende que a la par que se les impone una sanción ejemplar se les está brindado la oportunidad para volver y demostrar que están capacitados para disfrutar plenamente del deporte y que con su nueva actitud demuestran que el comportamiento del pasado sólo fue un error del que se aprende para ser mejor deportista y por supuesto mejor persona.
El problema viene con los que no son capaces de asimilar la sanción y vuelven a reincidir una y otra vez. ¿Es justo en este caso apartar al jugador a perpetuidad? ¿hay un límite de oportunidades para que el jugador consiga adaptarse? ¿tiene realmente el jugador la voluntad de cambiar su actitud o por el contrario su naturaleza o condición socio-cultural le impide ser de otra manera?. Sea cuales sean las respuestas, demuestra que ni el Reglamento ni el Comité de Disciplina Deportiva tienen la potestad para evaluar y ofrecer una solución positiva para la adaptación de estos jugadores al entorno deportivo. Dicha solución pasaría por la derivación de esos jugadores a un organismo integrador y educacional en el que psicólogos y educadores sociales evaluaran cada caso y ofrecieran soluciones de integración a través de programas de ayuda a la comunidad en el que se potenciaran y trabajaran los valores humanos mínimos e indispensables.
Nadie está ajeno a la voluntad de ser buen deportista, tan sólo es intentarlo de una u otra manera y porque como dijo Maquiavelo: “No puede haber grandes dificultades cuando abunda la buena voluntad”.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Todo esto me parece muy bien, es un buen texto. Pero ya estamos hartos de que se proteste y te echen la tarjeta amarilla, que es lo que se debe hacer. Pero por favor... Hacerlo con todos los equipos, porque luego llega Los naranjitos y parece ser que algunos arbitros tienen un poco de miedo... Un poco de seriedad

Anónimo dijo...

dejaros de perdones y reinserciones!!!, los violentos y los bocazas a la puta calle de por vida.

Anónimo dijo...

se trata de analizar quien provoca esa actitud de los jugadores, a lo mejor, el abuso de poder, que debería estar erradicado de los años 70, no lo está y quién tenga un poco de orgullo no puede soportar sinrazones, o acaso, ¿el árbitro o el comité poseen la verdad absoluta?

Anónimo dijo...

el anónimo del 23 de octubre está justificando una actitud violenta sin comprender que existen otros procedimientos mas razonables que corrijan esas "sinrazones" a las que hace referencia.
En cuanto al orgullo, sino se encauza de una manera positiva y constructiva, puede resutar mas un defecto que una virtud.
El árbitro y el comité no poseen la verdad absoluta, pero son los encargados de aplicar un reglamento y aunque al hacerlo no esten libres de posibles errores, no son ellos a los que se deba juzgar o evaluar por emitir una resolucción para la que precisamente han sido creados. Es al individuo que con su actitud antideportiva e INJUSTIFICABLE al que se debe poner una solucción para que ni vuelva a caer en un comportamiento antideportivo ni que con su actitud peda dar pie a otros a emularlo de igual manera.
Una cosa bien diferente es que el castigo al sancionado sea o no el correcto o como dice el artículo sea el mas adecuado según para que gente.

Mira que golazo, tu



A ver si por aquí tambien vamos marcando estos golazos